La Alpujarra es un lugar mágico, una región llena de valles y barranco a las faldas de Sierra Nevada y que tiene espacios de gran belleza natural y muchos contrastes. Con abundancia de árboles frutales y viñedos, la alpujarra granadina, también cuenta con zonas muy boscosas y ríos que descienden desde la sierra. Es un lugar muy característico que disfruta también de sus encantos gastronómicos.
Gastronomía propia
No son pocas las poblaciones y villas que se encuentran a través de las serpenteantes carreteras: Órgiva, Cádiar, Ohanes, Berja, Trevélez… Lo escarpado del terreno provoca que las casas parezcan apiladas, las calles escalonadas y la mayoría de hogares con chimenea. Allí también se pueden encontrar restaurantes y bares que ofrecen los manjares de la región.
Esta zona se ha caracterizado por ofrecer algunos de los mejores jamones del país y morcillas y longanizas que apasionan a los turistas. Los embutidos de la zona tienen un sabor muy natural que contenta a todos los paladares. Pero también cuenta con sus propios dulces, como los huesos de santo, soplillos, borrachillos o los dulces moriscos.
En cuanto a bebidas, lo particular del terreno y el clima hace de la Alpujarra un lugar idóneo para viñedos y distintas empresas vinícolas locales comercializan algunos de los mejores vinos de Andalucía.
Plato alpujarreño
El plato alpujarreño es muy conocido en la provincia de Granada y toda Andalucía. Partiendo de los productos más representativos de la comarca, este pesado y delicioso plato suele estar compuesto por lomo de orza, longaniza, papas a lo pobre con huevos frito, morcilla y jamón serrano. Aunque dependiendo del local o la zona de puede cambiar alguno de los componentes.
El plato destaca la calidad de los productos utilizados, todos ellos de la región, y es indispensable si se quiere completar la visita a uno de los grandes tesoros de Granada: La Alpujarra.